Ser un narciso.
La expresión "ser un narciso" se aplica al hombre que se preocupa demasiado de su compostura y apariencia, presumiendo de belleza y manifestando tanta vanidad que parece que está enamorado de sí mismo. También se dice de aquél que se complace excesivamente en la valoración de sus propias facultades u obras.
La expresión proviene del personaje mitológico Narciso; su mito presenta algunas variantes con un final coincidente. Según una leyenda recogida por Pausanias, Narciso habría tenido una hermana gemela con la que siempre iba de caza y de la que estaba enamorado; cuando ella murió, su pena fue tan grande que se pasaba las horas contemplándose en las aguas de un arroyo, porque su rostro borroso en el agua le recordaba el de su hermana muerta. Por eso la gente pensaba que estaba enamorado de sí mismo.El poeta latino Ovidio nos ofreció la versión de la leyenda que hoy es más conocida:
En la versión contada por Ovidio, la ninfa Eco se enamora de un vanidoso joven llamado Narciso, hijo de la ninfa Liríope de Tespia. Preocupada por el bienestar de su hijo, Liríope decidió consultar al vidente Tiresías sobre el futuro de su hijo. Tiresías le dijo a la ninfa que Narciso viviría hasta una edad avanzada mientras nunca se conociera a sí mismo.
Un día, mientras Narciso estaba cazando ciervos, la ninfa Eco siguió sigilosamente al hermoso joven a través de los bosques, ansiando dirigirse a él pero siendo incapaz de hablar primero, ya que la diosa Hera la había maldecido a sólo poder repetir lo que otros decían. Cuando finalmente Narciso escuchó sus pasos detrás de él pregunta: "¿Quién está ahí?" y Eco respondió: "¿Quién está ahí?", y continuaron hablando así, pues Eco sólo podía repetir lo que otros decían, hasta que Eco se mostró e intentó abrazar a su amado. Sin embargo, Narciso rechazó a la ninfa y le dijo vanidosamente que le dejara en paz, y se marchó dejándola sola. Eco quedó desconsolada y pasó el resto de su vida en soledad, consumiéndose por el amor que nunca conocería, hasta que sólo quedó su voz.
Por lo que se refiere a Narciso un día sintió sed y se acercó a beber a un arroyo, quedando fascinado por la belleza de su reflejo, por lo que no se atrevió a beber por miedo a dañarlo e incapaz de dejar de mirarlo. Finalmente murió contemplando su reflejo y la flor que lleva su nombre creció en el lugar de su muerte.