El perro de Alcibíades.
La frase "el perro de Alcibíades" se utiliza para designar actos o palabras que personas destacadas realizan o pronuncian para distraer la atención pública de otros particulares que a ellos ocupan.
La frase tiene su orígen en un perro que tenía el famoso general ateniense Alcibíades, que le había costado sesenta minas, y al que un día se le antojó cortarle la cola, que era uno de sus mayores adornos.
Sus amigos reprobaron la acción, diciéndole que todo el mundo la codenaba y se ocupaba de ella. "Pues esto era lo que precisamente yo me había propuesto, porque mientras todos esos gaznápiros se entretengan con este hecho, me dejarán en paz y no se meterán en averiguar otras acciones mías".