Armarse un Tiberio.
La expresión "armarse un Tiberio" significa suscitarse un gran alboroto, jaleo o desorden. El Diccionario de la Real Academia recoge el término "Tiberio" como ruido, confusión, desorden.
Sbarbi cree que la expresión tiene su orígen en "los excesos que cometió durante su reinado el emperador Claudio Tiberio, los cuales fueron tantos y tales, que, sobre haber dado muerte a Julia, su mujer, a Germánico, Agripa, Druso, Nerón, Seyano e infinidad de parientes y amigos, puede asegurarse no había familia en Roma que dejara de contar entre sus miembros alguna víctima sacrificada al furor de aquel aborto del infierno, hasta que al cabo de veintitrés años de reinado tan abominable, vino a morir ahogado a manos de su sucesor Cayo Calígula en el año 36 de la Era Cristiana"
Bastús, por su parte,señala que "Habrá un Tiberio" es lo mismo que decir habrá una comilona con bulla y gresca, pero en general se entiende diversión de baja esfera, regocijo de mal género, que a veces da origen a pendencias.
El emperador Tiberio es una de las más claras manifestaciones de la corrupción del poder en el Imperio Romano, como nos revelan Suetonio (69-126) y Tácito (55-120). Éste último comenta en sus Anales acerca de Tiberio: "Podía verse por todos los lugares una carnicería inmensa: personas de ambos sexos, de toda edad, ilustres y desconocidos, dispersos o amontonados. No se permitió a los parientes o amigos acercarse a llorarlos, ni siquiera a mirarlos durante mucho tiempo, por el contrario, se dispuso una guardia que seguía los cuerpos putrefactos mientras se llevaban al Tíber; y si flotaban o a la orilla, nadie podía tocarlos o quemarlos".